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TED
SERIOS: EL HOMBRE QUE LOGRÓ FOTOGRAFIAR SU PENSAMIENTO
Como es bien sabido, al fotografiar el rostro de una persona lo habitual es que ésta quede retratada en un primer plano; sin embargo si se intenta hacer lo mismo con la cara del norteamericano llamado Ted Serios puede ocurrir que al revelar la placa aparezca la imagen de su pensamiento. Serios poseería, según los parapsicólogos, un don único en el mundo: la capacidad maravillosa de la psicofotografía, o sea el poder fijar sus ideas a través de la lente de una cámara fotográfica. Muchos periódicos y revistas especializadas de todo el mundo le dedican y han dedicado páginas enteras cuya lectura, como es corriente cuando se trata de un fenómeno que contradice las leyes de la lógica ortodoxa, ha suscitado en todos los casos encendidas polémicas y sarcásticos comentarios de científicos y profanos. Sin embargo, hoy como ayer, el efecto Serios continúa siendo un enigma sin resolver, un hueco funambulesco que deja filtrar la luz enceguecedora del desconocido reino de lo paranormal. ¿QUIÉN EL SEÑOR SERIOS? Ted Serios, es un hombre simple, como tantos otros millones de seres incoloros que pululan por la Tierra, y de no haber sido por su prodigiosa habilidad para la psicofotografía su nombre dormiría hoy en el monstruoso anonimato de las grandes ciudades. Ted, como lo llaman familiarmente sus amigos, es un norteamericano oriundo de Chicago. Hijo de inmigrantes griegos, proviene de cuna humilde, posee una educación muy rudimentaria y acusa un coeficiente intelectual ligeramente por debajo de la línea normal. Ha realizado durante el curso de su vida toda clase de tareas laborales: lavacoches, taxista, ascensorista; en resumen, ha trabajado en lo primero que se le ha presentado y nunca ha permanecido demasiado tiempo en una misma ocupación. Esta falta en la continuidad de sus empleos ha sido debido a un desequilibrio emocional de su personalidad notoriamente agravado por la inclinación hacia la bebida. Las primeras noticias públicas de sus poderes se remontan a 1955. Desde esa fecha son muchos los periodistas e investigadores que se han interesado por él y sus famosas ideofotografías. Como se sabe, al fotografiar el rostro de una persona lo normal es que ésta queda retratada en un primer plano; sin embargo si se intenta hacer lo mismo con Serios pueden ocurrir cuatro de los siguientes fenómenos: 1. La obtención de una fotografía en negro, totalmente velada. 2. Que aparezca en la placa el rostro borroso del propio Ted. 3. Que la película salga blanca como si la escena hubiese quedado desbordada por focos de luz de enorme potencia. 4. Finalmente que la fotografía registre la imagen de lo que aparentemente pasa por la mente de Ted Serios en el instante en que el fotógrafo oprime el obturador. GRANDES Y PEQUEÑAS EXPERIENCIAS A principios de 1963, Curtis Fuller, un editor de libros aficionado a la fotografía, consiguió por medio de sus amistades que el médium de Chicago accediera a posar para él en su casa de Evanston, en el estado de Illinois. Fue así como un sábado por la tarde sus amigos condujeron a Ted a la residencia del editor. Una vez allí los invitados se instalaron cómodamente en la sala de estar y comenzaron a paladear el whisky que generosamente les sirvió su entusiasmado anfitrión. Serios estaba de muy buen humor y bebía como una esponja. Fuller entretanto cargó parsimoniosamente la cámara marca Polaroid con un rollo de película que había adquirido días antes para aquel experimento. Súbitamente, presa de quién sabe qué extraña inspiración, Ted dejó el vaso sobre la mesa, se puso de pie y tomó la cámara alejándola con su brazo pero manteniéndola enfocada hacia la cara. Estuvo concentrándose en esa posición algo ridícula un par de minutos y luego apretó obturador. Con una sonrisa de satisfacción devolvió el aparato a su dueño y retomó su lugar en el salón sin pronunciar palabra. Más tarde, cuando el editor reveló la película con esta única torna, pues Serios se negó a imprimir otras, quedó realmente sorprendido. No era para menos; la foto mostraba un hangar sobre el cual se leía la frase: Sección Aérea y fragmentos de otras palabras de las cuales, en conjunto, era fácil inferir una relación con la Policía Montada del Canadá. Lo que nadie supo decir, ni siquiera el propio Ted, que jamás ha viajado fuera de Estados Unidos y que apenas conoce su país, es en qué parte del Canadá estaba el presunto aeropuerto de la fotografía. Fuller, profundamente emocionado por el testimonio que acababa de conseguir, hizo llegar posteriormente la psicofotografía al Cuartel Central de la Policía Montada en el Canadá donde se la identificó como la correspondiente al aeropuerto que posee esa fuerza en la localidad de Rockcliffe, dentro de la provincia de Ontario. Ese mismo año, Paul Welch, un destacado periodista de la revista “Life”, conoció incidentalmente a Serios en Chicago, se hizo amigo de él, y un día, acompañado por un fotógrafo profesional, lo persuadió para que hiciese algunas fotos. Durante aquel encuentro se obtuvieron doce fotografías de las cuales once salieron veladas. Una de ellas sin embargo captó la borrosa imagen de algo, así como una estatua griega que parecía recortarse contra el, marco brumoso de la columna u obelisco de un templo. Semanas después de este incidente Welch invitó al dotado a concurrir a las oficinas céntricas de la revista “Life". A su llegada fue recibido por el propio Welch y media docena de hombres de prensa que deseaban conocer personalmente al prodigio de Chicago. Ted proyectó esta vez la representación a vuelo de pájaro de una ciudad cuya identidad aún no se ha podido determinar. El periodista quedó simplemente enloquecido por el insólito poder mental de su amigo y con la anuencia del médium hizo arreglos para que el departamento técnico de la Empresa Polaroid, fabricante de las mundialmente famosas cámaras, les concediera una audiencia especial. Este vez la prueba fue rigurosa. Los expertos revisaron a Serios de pies a cabeza, pues había comenzado a circular el rumor de que tal vez estuviese empleando negativos en miniatura o algún tipo de truco ingenioso para desconcertar a los fotógrafos. Terminada la inspección un trabajador de la Polaroid solicitó a Ted una escena de la Guerra de la Independencia norteamericano y obtuvo en efecto una imagen de lo que bien podrían ser dos soldados de época vestidos con el uniforme revolucionario. Las conclusiones de la Empresa Polaroid fueron terminantes: No existía fraude ni superchería pero el fenómeno registrado en los laboratorios era incompatible con las leyes de la óptica y la fotografía, resultado como un suceso inexplicado a la luz de los conocimientos actuales. EL ALUCINANTE MUNDO DE TED SERIOS Ya en 1960, Paulina Oehler, vicepresidenta de la Sociedad de Parapsicología de Illinois, había trabajado durante casi 24 meses con Serios obteniendo asombrosos resultados en el campo de las efluviografías. Al cabo de sus investigaciones la señora Oehler redactó un extenso informe del cual se publicó un extracto en la revista “Fate". Por aquella época el doctor Julo Elsenbud, respetado psiquiatra de Denver y profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Colorado, se mostró igualmente interesado en el caso. Convenció a Ted, quien a la sazón trabajaba de ascensorista en un hotel, para que se trasladara hasta Denver y se sometiese a una serie de tests en su consultorio. Se inició así una relación que duró dos años y le permitió a Eisenbud realizar con su paciente toda clase de experimentos. El médium se vió obligado, por ejemplo, a posar desnudo y con un electroencefalógrafo conectado al cuero cabelludo y también a proyectar sus ideofotos dentro de una cámara blindada con planchas metálicas y luego a través de gruesas hojas de vidrio impregnadas de plomo. El gran mérito del psiquiatra de Denver consiste esencialmente en haber soportado con admirable estoicismo en aquellos días, no sólo la crítica burlona de sus colegas sino también los arranques emocionales de Ted que, harto de las pruebas, quería abandonarlo todo de la noche a la mañana o se entregaba a sus excesos alcohólicos. La paciencia de Julo Eisenbud lejos de agotarse parecía aumentar a medida que iba adentrándose más y más en el psi-plasma de su inestable paciente. Otros antes que él, como Charles Richet, William Crookes o Rhine, gran estructurador de la parapsicología por vía del método estadístico matemático, habían experimentado esa incansable fascinación frente a la desmesura de otros arabescos metafísicos. Aquellos interesados en profundizar conocimientos sobre el tema pueden consultar el libro El Mundo de Ted Serios (editado en inglés “The World of Ted Serios” Editorial William Morris and Co., Nueva York), donde el psiquiatra de Denver condensó sus dos años de arduas experiencias. En esta obra el autor da su interpretación personal sobre 80 psicofotografías y expone sus conclusiones finales con respecto al extraño poder del médium de Chicago. EL INCONSCIENTE JUEGA UNA MALA PASADA A TED
Se cree que el efecto Serios se produce debido a una percepción extrasensorial que transforma los sueños telepáticos en fotografías. Esté curiosísimo mecanismo perceptivo estaría regido por las mismas leyes de asociación, distorsión y condensación que regulan los sueños de toda persona normal. Esta hipótesis tomó cuerpo cuando los expertos pidieron a Ted en 1963 que hiciera aparecer la imagen del submarino Thresher hundido a principios de aquel año (el Thresher se desvaneció misteriosamente en el Océano Atlántico el 10/04/1963 con toda la tripulación de 129 hombres). Pero para sorpresa de todos el dotado imprimió en la placa la proyección de la reina Isabel de Inglaterra. Los psicoanalistas, sin embargo, lograron explicar el misterioso error. La madre de Ted Serios se llamaba Esther. El mar (elemento natural del submarino) y la reina son símbolos maternales. La palabra Thresher es una suerte de anagrama del nombre Esther. Por lo tanto cuando Ted pensó en el Thresher y sus mecanismos inconscientes hicieron la transpolación imbricando la figura de la reina Isabel en vez de la del submarino. Algo parecido sucedió cuando Eisenbud solicitó a Ted que fabricara la fotografía de una plancha eléctrica muy popular en el mercado norteamericano por su diseño similar al de un automóvil. El médium a quien no se le había hecho notar el parecido imprimió telepáticamente en la placa dos coches lanzados a toda velocidad. PSICOFOTOGRAFIA Y PINTURA ¿Podría explicar el fenómeno de la psicototografía, en parte al menos, el enigma de la genialidad en los pintores? Es posible que el pintor durante su inspiración reciba Interiormente (a diferencia de Ted Serios) la imagen enriquecida por su propia fantasía. En ésta una hipótesis plausible y poco explorada hasta hoy que podría arrojar luz sobre el proceso creador del artista. El gran pintor suizo Paul Klee, que se decía ser “el instrumento de una voluntad lejana", afirmaba en su Teoría del arte Moderno: "El arte atraviesa las cosas, va más allá tanto de lo real como de lo imaginario", y agregaba significativamente: “Ni sumiso servidor ni amo absoluto: simplemente intermediario. El artista. . . no reivindica la belleza del ramaje; ésta sólo ha pasado por él" Como hemos visto, Ted sólo tiene un punto en común con el pintor suizo: Es una suerte de conductor psíquico por donde también pasan extrañas imágenes fantasmagórica, alucinantes, oníricas. Es en efecto un intermediario, pero, ¿de qué? NOTA DE ÚLTIMA HORA: Actualmente Chris Carter y Frank Spotnitz de la serie Expediente X, están preparando un guión cinematográfico basado en el libro "El mundo de Ted Serios". |